El otro día fui a la biblioteca para informarme sobre bibliografía existente de mujeres que viajan solas.. Después de un rato y ver que, al parecer, eso no existe (en esta biblioteca al menos) me he conformado con mujeres que viajan, sin importar con quién lo hacen.
Encontré 3 libros sobre este tema, únicamente 3… Uno es una experiencia personal y dos son de Cristina Morató, aunque el que más me interesó fue Viajeras intrépidas y aventureras.

Trata de viajeras de otros siglos, sus peripecias como aventureras por África y Asia me tienen enganchada, pero me lleva a confirmar que no hay casi libros sobre este tema.

Que, como dice Cristina Morató, aunque aventura es del género femenino, la historia la han escrito los hombres. Aunque la patrona de los trotamundos sea Egeria, una abadesa gallega, al parecer.

En internet si encuentro, por contra, numerosos blogs de mujeres que viajan solas. Me han escrito algunas de ellas estos días y sus historias me hacen soñar y pensar en dejar todo, dedicarme a viajar, vivir de un blog, no necesitar nada.. Pero luego aterrizo.

Ninguna de esas mujeres es madre. Las madres no viajan solas. Eso está incluso peor visto, porque dejas a tus cachorros para ir a vivir tu vida… Y las mujeres no hacemos eso. Las mujeres nos sacrificamos, lo damos todo, no pensamos en nosotras. Conozco padres que viajan solos, no tienen ningún problema con ello (no deben tenerlo), pero ¿Qué nos pasa a nosotras?
He hablado mucho de este tema últimamente, la necesidad de ser madre siempre me persiguió y es mi papel más enriquecedor, pero mi necesidad de libertad y de descubrir está también allí donde voy. Soy yo.

Intento transmitirla a mis hijas, que sean independientes, que vuelen, que sean autónomas. Confío en que la educación sea la manera de la que serán más libres.
Así que les pregunté a ellas si les importaría que me fuera un par de meses (porque el año sabático no puedo permitírmelo) Su respuesta es una lección, me dijeron que les encanta que haga lo que me hace feliz, que ellas saben que las quiero, que siempre vuelvo a ellas y paso prácticamente todo mi tiempo cada día trabajando o con ellas, que necesito airearme y conocer sitios a los que con niñas pequeñas no puedo ir todavía.

Creo que ellas son más sabias que yo. Estoy segura de ello. Así que estoy pensando en el próximo viaje. Aunque no sé el tiempo que podré dedicarle.

Os iré contando pero me provoca curiosidad, la mayoría de las mujeres que me han escrito y han viajado fuera de España han ido a Asia, tendrá alguna explicación esa atracción por esta zona?

Leyendo a Cristina Morato constato que antes las mujeres intrépidas iban a África. Con sus vestidos de época y sus sombreros conseguían hacer cosas increíbles.
En el prólogo de » Viajeras intrépidas y aventureras» hay un fantástico texto de Manu Legineche, que da otro dato importante por el cual no han llegado a nuestros días las mujeres viajeras de la historia: «En la Edad Media son todas santas, brujas o putas, en la Era Victoriana sumisas amas de casa. Las hay, sin embargo, que pegan una patada al hormiguero decididas a recorrer mundo por las más diversas razones, místicas o religiosas, personales, filosóficas, amorosas, hedonistas, de curiosidad o de fuga de un mundo hostil o tedioso. Partir es vivir. Pero que no se corra la voz: podría cundir el ejemplo»» Peregrina salió- asegura el refrán medieval del medievo- puta volvió»

En la actualidad todo es más sutil, supuestamente somos libres de hacer lo que queramos, aunque no nos libramos del juicio.

Una de las observaciones que todas las mujeres que viajamos solas hacemos es que por la noche nos cuesta mucho hacer nada, por miedo por un lado, y porque nos sentimos juzgadas por otro. Pero el tema de salir y la noche lo trataremos otro día.
La conclusión de hoy iba sobre libros que hagan luz sobre mujeres viajeras que no necesitan compañía para poder emprender el viaje, con todas las experiencias y fotografías de viajes que llevo estoy pensando en serio sobre este proyecto y me encantaría que fuera en papel. Sobre qué os gustaría leer de este tema? A mi me parecen fascinantes las mujeres que viajaban solas en el siglo XVIII o XIX pero tengo necesidad de saber también sobre las que están viajando en este mismo momento.
Porque ellas abren el camino que nuestros pasos van a poder seguir.